Las comunidades indígenas en Colombia y América Latina, a lo largo del tiempo han estado conformadas por personas que habitan un determinado territorio heredado por sus antepasados con quienes establecen una relación basada en el respeto y el cuidado, comparten una historia pasada y presente marcada por una dominación-sometimiento por parte de la sociedad occidental, además las relaciones comunitarias están enmarcadas por reglas interpretadas a partir de sus propia concepciones y definidas con las experiencias de las generaciones.

 

Para Fornet-Betancourt (2009) no hay cultura sin tradición, ya que el desarrollo de la cultura, independiente de cómo se la defina, requiere de la memoria y de experiencias conjuntas compartidas, y que son éstas la base que conforman la tradición, (p. 39). En las comunidades indígenas de nuestro país esa tradición la podemos observar en aspectos como la conciencia de identidad que tienen las personas, la forma de compartir valores, rasgos, usos o costumbres, formas de gobierno, gestión, control social o sistemas normativos propios que la distinguen de otros grupos.

 

Por ejemplo el pueblo Embera comparte sus características culturales como el idioma, la cosmovisión basada en el jaibanismo, la movilidad territorial, el gobierno no centralizado, la cultura selvática y la estructura social, que se evidencia en la unidad de las familias como base de su sociedad, y en unidades sociales más amplias para desempeñar diversas actividades de organización. Esto quiere decir que aunque estén en diferentes territorios, eso no les impide mantener su unidad a nivel de la concepción del mundo y de su relación con el entorno.

 

La Comunidad Indígena La Guachoza pertenece al pueblo Embera Dóbida y hace parte del  Resguardo Indígena el 21 del municipio de Quibdó, Chocó, y está ubicada en la vía Quibdó-Medellín.