SIGNIFICADOS
"Para la comunidad es importante conservar esta tradición, porque es una herencia que nos han dejado nuestros padres"
(Elodia Tunay. Sabia de la comunidad)
¿Qué ha hecho que la pintura facial y corporal no pierda sus significados?
Después de observar la realización de varios rituales, de interactuar y de dialogar con los habitantes de la comunidad, podemos pensar y decir que la pintura facial y corporal es un proceso cotidiano, practicado con regularidad, y que no se queda en la mera repetición vacía, sino que es un proceso repetitivo cargado de diferentes significados y sentidos para cada una de las personas que lo realiza.
Estos aspectos los pudimos observar en algunos casos, uno de ellos fue cuando pintaron al niño, para que en un futuro sea un hombre muy trabajador y tenga mucha fuerza. En esta ocasión la abuela comenzó a rayar el Kipará, luego rayó la pata seca de un venado, la cual se corta después de haber cazado el animal y luego se cuelga encima del fogón, luego mezcló los dos elementos y se la aplicó al niño en los brazos, frente, rodillas, espalda y cintura.
Consideramos que en este caso hay ritualidad porque por un lado es una práctica que le ha permitido a las personas de la comunidad transmitir todos sus saberes a lo largo del tiempo, también porque es una acción que se torna repetitiva, por el hecho de realizarla en todos los niños a cierta edad, pero su repetición no es vacía, sino que tiene sentido para el niño, porque se siente fuerte, importante y capaz de hacer muchas cosas, y para los padres porque su hijo tendrá más habilidades para realizar sus tareas.
Este proceso, al hacerse de manera paulatina y buscando enseñarle a los niños y niñas el sentido y significado de esta práctica tradicional, va adquiriendo un valor en la construcción de cultura y en el significado colectivo que se tenga de esta.
Al igual que este, muchos otros rituales enseñan y reflejan valores de los pueblos, por lo tanto al realizarlo de una forma consciente y de una manera repetitiva, el sentido de la pintura y el valor de los saberes ancestrales va adquiriendo más peso y va siendo más apropiado por las personas. Además, el hecho de que estos rituales a través del tiempo y de la repetición se hagan más fuertes, genera un rasgo identitario, no sólo para la comunidad, sino para el pueblo Embera.
Todos los rituales han hecho que la pintura no pierda sus significados a través del tiempo, porque su práctica constante por parte de los habitantes de la comunidad ha hecho que la carga simbólica y la cosmogonía que caracterizan al pueblo Embera se pueda conservar, reafirmar y transmitir, logrando que todas las generaciones se apropien de ellas y las sigan replicando. La importancia que estos pueblos le dan a los diferentes rituales, no es gratuita, ya que para la concepción Embera se da el principio de toda unidad esencial, “de las cosas, los animales, las plantas, del hombre, de todo lo existente” (Vasco, citado por Ulloa, 1992; p. 22). La unidad que se da en el pensamiento también se refleja en las diversas prácticas, incluidas las estéticas, pues no son consideradas hechos aislados, sino como parte de un proceso que constituye esa unidad e identidad indígena.
